domingo, 17 de julio de 2011

El Dalái Lama, una luz de Paz en la Casa Blanca

En busca de la Paz
''La reunión se produce al final de la visita de once días del Dalái Lama a Washington, donde lideró un multitudinario ritual espiritual a favor de la paz, que congregó a decenas de miles de personas llegadas de todas parte del mundo.

El acto privado entre Obama y el Dalái Lama, ambos galardonados con el premio Nobel de la Paz, comenzó alrededor de las 11.33 horas locales, según funcionarios de la residencia oficial estadounidense.Esta es la segunda vez que Obama recibe al monje tibetano. El primer contacto fue en febrero del 2010, durante un encuentro privado en la Casa Blanca que suscitó, al igual que el de ahora, la furia de Pekín.

China acusa al Dalái Lama, exiliado en India desde 1959, de ser un separatista que persigue la independencia del Tíbet. El monje budista niega que ese sea su objetivo y asegura querer, simplemente, un Tíbet autónomo con libertad para expresar su identidad.

"Nos oponemos firmemente a que cualquier político extranjero se reúna con el Dalái Lama, sea cual sea la modalidad del encuentro", afirmó desde Pekín el portavoz de Exteriores chino, Hong Lei, quien advirtió de un posible deterioro en las relaciones bilaterales.Las advertencias no disuadieron a la Casa Blanca, que pese a esperar hasta la noche de ayer para hacer un anuncio, insistió en el "fuerte respaldo" de Obama a la preservación de la "excepcional identidad religiosa, cultural y lingüística del Tíbet", así como a la "protección de los derechos humanos de los tibetanos".


Muchas cosas por decir de esta reunión, en primer lugar decir y poner sobre la mesa que mas allá el crecimiento económico de China, en ese país todavía hay una fuerte prohibición y atropello de los derechos humanos, entre ellos el derecho a la diversidad y a la libertad de expresión y pensamiento. Esto queda de manifiesto pese a la complicidad de la prensa internacional.

En segundo lugar, tomar con mucho cuidado el premio nobel de la paz entregado a Obama, que no se puede comprender, pero que además sigue apoyando políticas militares expansionistas como la de Israel sobre los palestinos.

En tercer lugar, legitimar la palabra del Dalai Lama, con constantes mensajes de paz, sin ánimo de venganza, aún considerando la despiadada y cobarde invasión de China sobre el Tibet, un lugar de paz, que nunca procuró la guerra, incluso frente a los atropellos de los chinos.

En último lugar, queda también de manifiesto la pasividad de la comunidad internacional, que no hace nada para que el Tibet recupere su libertad, siempre pensando y anteponiendo los interés económicos por sobre los sociales.


Fuente: elespectador.com.uy
Firma: frme

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