Una leyenda |
Los shows eran cada vez más extraños, pero otros músicos siguieron la idea. David Bowie se inspiró en la rareza de The Velvet Underground y en la locura de Syd Barrett, miembro de Pink Floyd. Bowie creó un alter ego llamado Ziggy Stardust, lo cual le dio una excusa para vestirse en el escenario.
Otra cosa nueva en la música era que se estaba experimentando con los sonidos. Roxy Music presentó un oboe al rock. Pink Floyd se preguntaba como sonaría un piano a través de un altavoz Leslie, lo que resultó en la introducción de Echoes, una pieza que duraba toda la cara B del álbum Meddle.
En el escenario, las canciones también podían durar mucho más que en los discos. Como los espectáculos eran cada vez más grandes y multitudinarios, Pink Floyd se sentía cada vez más alejado de la audiencia, y en señal de ‘protesta’, colocaron en el escenario, ente ellos y el público, un gran muro que simulaba ser de enormes ladrillos, y usaban grandes títeres, durante la interpretación del disco The Wall. La interacción con el público así, era casi nula. Ese gran montaje solo pudo realizarse cuatro veces en vivo, pero marco el fin de otra edad del rock.
Firma: Rodri Stone
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